domingo, 26 de septiembre de 2010
La vida
La vida canta en nuestros silencios y sueña en nuestro sopor. Aún cuando estamos vencidos y tristes, la Vida está entronizada en lo alto. Y cuando lloramos, la Vida sonríe a la luz del día, y es libre aún cuando arrastramos nuestras cadenas. Muchas veces la nombramos con nombres amargos, pero sólo cuando nos sentimos amargos y oscuros.
Y la juzgamos inútil y vacía,
pero sólo cuando el alma vaga por lugares desolados
y el corazón esta ebrio de excesiva preocupación por sí mismo.
La Vida es profunda y alta y distante; y aunque vuestra vasta visión apenas alcance a sus pies,
ella está cerca;
y aunque sólo el aliento de vuestro aliento llegue a su corazón,
la sombra de vuestra sombra cruza su rostro y el eco del más débil de vuestros gritos se convierte en su pecho en otoño y primavera.
Y la vida está velada y oculta,
así como está oculto y velado vuestro ser más íntimo.
Pero cuando la Vida habla,
todos los vientos se vuelven palabras;
y cuando vuelve a hablar,
las sonrisas en nuestros labios y las lágrimas en nuestros ojos se hacen palabras también.
Cuando ella canta,
los sordos oyen y quedan cautivados;
y cuando viene andando,
los ciegos la ven y se quedan pasmados,
y la siguen maravillados y atónitos.
Khalil Gibran.
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