lunes, 23 de mayo de 2011


No hay ni uno solo de los astros 
que contemplas que, en sus evoluciones, 
no cante como un Ángel del cielo 
y que no una su voz al coro de los 
querubines de cándidos ojos. 
Esta misma armonía se encuentra 
en las almas inmortales. 
Pero en tanto que 
llevemos puestas las groseras vestiduras 
de fango y corrupción con que nos 
cubrimos, no podremos oírla.
No hay ni uno solo de los astros 
que contemplas que, en sus evoluciones, 
no cante como un Ángel del cielo 
y que no una su voz al coro de los 
querubines de cándidos ojos. 
Esta misma armonía se encuentra 
en las almas inmortales. Pero en tanto que 
llevemos puestas las groseras vestiduras 
de fango y corrupción con que nos 
cubrimos, no podremos oírla.
                                                      Shakespeare 
                                                                           Extraído del libro Romeo y Julieta

No hay comentarios:

Publicar un comentario