![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxewOM-3rahCERxEuFb6Ty2uDIrqAz5S_6GPvmdEgmCQwk3tHDn5NS23xSgRZDtzH18SObGNu5I6FwOjrobk-I8mFY7o4qMs1eSo_6sD5pX_zqQLMOA1pTRmXWdfhvWRMZ2Irg33_qfqhK/s1600/los+7+arcang.121.jpg)
jueves, 15 de septiembre de 2011
¡ Has oído el canto de ese pájaro?
El discípulo se quejaba constantemente a su Maestro Zen: «No haces más que ocultarme el secreto último del Zen». Y se resistía a creer las consiguientes negativas del Maestro.
Un día, el Maestro se lo llevó a pasear con él por el monte. Mientras paseaban, oyeron cantar a un pájaro.
«¿Has oído el canto de ese pájaro?», le preguntó el Maestro.
«Sí», respondió el discípulo.
«Bien; ahora ya sabes que no te he estado ocultando nada».
«Sí», asintió. el discípulo.
Si realmente has oído cantar a un pájaro, si realmente has visto un árbol..., deberías saber (más allá de las palabras y los conceptos).
¿Qué dices? ¿Que has oído cantar a docenas de pájaros y has visto centenares de árboles? Ya. Pero lo que has visto ¿era el árbol o su descripción?
Cuando miras un árbol y ves un árbol, no has visto realmente el árbol. Cuando miras un árbol y ves un milagro, entonces, por fin, has visto un árbol. ¿Alguna vez tu corazón se ha llenado de muda admiración cuando has oído el canto de un pájaro?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
muy hermoso relato nos dejas Andrea hermosa reflexion!!! gracias :D
ResponderEliminar