martes, 29 de noviembre de 2011
Puente del Inca.
Mendoza Argentina.
Cuenta la leyenda que hace muchos, muchísimos años, el heredero del trono del Imperio Inca, se debatía entre la vida y la muerte, siendo víctima de una extraña y misteriosa enfermedad.
Las curas, rezos y recursos de los hechiceros nada lograban y desesperaban por no poder devolverle la salud.
El pueblo amaba intensa y entrañablemente al Príncipe de los Incas , invocaba a sus Dioses y realizaba sacrificios en su honor.
Fueron convocados los más grandes sabios del reino, quienes afirmaron que sólo podría sanarlo el maravilloso poder del agua de una vertiente, ubicada en una lejana comarca.
Partieron en numerosa caravana, vencieron infinidad de dificultades, marcharon durante meses en que veían agotadas sus fuerzas, y un día se detuvieron ante una profunda quebrada, en cuyo fondo corrían las aguas de un tempestuoso río.
Enfrente, en el lado opuesto, se observaba el codiciado manantial, pero... ¿cómo hacer para llegar a ese inaccesible lugar?
Meditaron durante mucho tiempo, tratando de buscar una forma de llegar hasta las milagrosas aguas, pero todo era en vano.
Cuando ya la desesperación los dominaba: aconteció un hecho extraordinario: de pronto se oscureció el cielo, tembló el piso granítico y vieron caer, desde las altas cimas, enormes moles de piedra que producían un estrépito aterrador.
Pasado el estruendo, y más calmado el ánimo, los indígenas divisaron asombrados, un puente que les permitía llegar sin dificultad hasta la fuente maravillosa. Transportaron hacia ella al Príncipe, quien bebió de sus aguas y bien pronto recuperó la salud.
La omnipotencia del Dios Inti, el Sol, y de Mama-Quilla, la Luna, habían realizado el milagro.
Así surgió, según la leyenda, ese arco monumental de piedra, que recibió el nombre de Puente del Inca, que se levanta custodiado por el Aconcagua, rodeado por la imponente belleza de los Andes.
leyenda Indígena.
Cuenta la leyenda que hace muchos, muchísimos años, el heredero del trono del Imperio Inca, se debatía entre la vida y la muerte, siendo víctima de una extraña y misteriosa enfermedad.
Las curas, rezos y recursos de los hechiceros nada lograban y desesperaban por no poder devolverle la salud.
El pueblo amaba intensa y entrañablemente al Príncipe de los Incas , invocaba a sus Dioses y realizaba sacrificios en su honor.
Fueron convocados los más grandes sabios del reino, quienes afirmaron que sólo podría sanarlo el maravilloso poder del agua de una vertiente, ubicada en una lejana comarca.
Partieron en numerosa caravana, vencieron infinidad de dificultades, marcharon durante meses en que veían agotadas sus fuerzas, y un día se detuvieron ante una profunda quebrada, en cuyo fondo corrían las aguas de un tempestuoso río.
Enfrente, en el lado opuesto, se observaba el codiciado manantial, pero... ¿cómo hacer para llegar a ese inaccesible lugar?
Meditaron durante mucho tiempo, tratando de buscar una forma de llegar hasta las milagrosas aguas, pero todo era en vano.
Cuando ya la desesperación los dominaba: aconteció un hecho extraordinario: de pronto se oscureció el cielo, tembló el piso granítico y vieron caer, desde las altas cimas, enormes moles de piedra que producían un estrépito aterrador.
Pasado el estruendo, y más calmado el ánimo, los indígenas divisaron asombrados, un puente que les permitía llegar sin dificultad hasta la fuente maravillosa. Transportaron hacia ella al Príncipe, quien bebió de sus aguas y bien pronto recuperó la salud.
La omnipotencia del Dios Inti, el Sol, y de Mama-Quilla, la Luna, habían realizado el milagro.
Así surgió, según la leyenda, ese arco monumental de piedra, que recibió el nombre de Puente del Inca, que se levanta custodiado por el Aconcagua, rodeado por la imponente belleza de los Andes.
leyenda Indígena.
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Hermosa historia desconocida para mí. Me gustó mucho leerte. Un beso.
ResponderEliminarYo tampoco conocía la historia querida amiga. Mira que distracción, la mía. Gracias por traernos cultura, por informarnos... Es un intercambio maravilloso que hay que valorar mucho.
ResponderEliminarBesitooooos
No la conocía!!! Gracias por subirla Andrea!!!
ResponderEliminarQue tengas lindo día!!!
Roos
Qué belleza este lugar....!!recuerdo que cuando fui puse mi mano en el agua, recuerdo que me dolía siempre y desde ese día nunca más, no se si había escuchado esta leyenda tengo algún recuerdo, lo que si aseguro que es totalmente mágico.
ResponderEliminarQue lindo te quedó el blog, te va a medida esa imagen, bellísima!!!
Te dejo un millón de besos y un abrazo TE quiero!
Hola, Claudio! bienbenido a este paraíso, un placer, espero que sigas disfrutando de estos escritos... gracias por comentar es muy valioso para mí! bendiciones!!
ResponderEliminarHola Luján! que bueno es aportar información, nuevas historias de esta tierra querida que es la Argentina y sus paisajes tan bellos que siempre acompañan las leyendas, gracias y es un honor para mi que te haya gustado!! bendiciones,amiga!!
ResponderEliminarRoos querida!! he sorprendido hoy!! jejeej!! que bueno, me alegra llevarles nuevos conocimientos acerca de esta tierra tan querida... besos y mucha luz!!!
ResponderEliminarhola, hermanucha!!!! tuvimos el placer enorme de hacer ese viaje juntas, una de las tantas cosas bellas que pasé junto a vos, jamás me olvidaré... gracias me alegra que te guste mi nueva imagen, ahora los angeles son de portada y saludan bendiciendo a todos que llegan aquí... te amo!!! bendiciones!!!
ResponderEliminarque leyenda tan hermosa que no conocía :) me alegraste el día angelita Andrea :) un abrazo y muchas bendiciones para ti y tus seres queridos :)
ResponderEliminarola, Eliz! he sorprendido con esta leyenda, gracias por pasar y aportar tu luz!!! bendiciones multiplicadas para ti y tus seres queridos!! besitos!!
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