jueves, 4 de septiembre de 2014

Valor:


Al principio no hay diferencia entre la persona valiente y la cobarde. Las dos tienen miedo. 
La diferencia es, que la cobarde escucha sus miedos y se guía por ellos, 
mientras que la persona valiente los deja a un lado y sigue hacia delante. 
Los miedos están ahí y los conoce, pero la persona valiente avanza hacia lo desconocido a pesar de todos los miedos. Valentía no significa ausencia de miedo, 
sino avanzar hacia lo desconocido a pesar de todos los miedos.
Cuando te mueves en un mar desconocido, como hizo Colombo, hay miedo, un miedo inmenso,
 porque uno nunca sabe lo que va a ocurrir y estás abandonando la seguridad de la orilla. 
Estabas perfectamente bien, por un lado, solo echabas de menos una cosa – la aventura. 
Viajar hacia lo desconocido es excitante. 
El corazón comienza a palpitar de nuevo; estás vivo, totalmente vivo. 
Cada fibra de tu ser está viva porque tú has aceptado el reto de lo desconocido.
Aceptar el reto a lo desconocido requiere valentía. 
Los miedos están ahí­, pero si sigues adelante aceptando el reto una y otra vez, poco a poco estos miedos desaparecerán. 
La alegrí­a que te trae lo desconocido, el éxtasis que se produce ante lo desconocido, te hace suficientemente fuerte, te da una cierta integridad, hace tu inteligencia más aguda. Comienzas a sentir que la vida no es aburrida.
 La vida es una aventura. Poco a poco los miedos desaparecen y tú continúas buscando y explorando nuevas aventuras.
Valentía es arriesgar lo conocido a costa de lo desconocido,lo familiar por lo no familiar, la comodidad por la incomodidad del duro peregrinaje hacia un destino
desconocido.
 Uno nunca sabe si sera capaz de llegar o no. Es un riesgo, pero solo los que se arriesgan saben qué es vivir.
OSHO.

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