miércoles, 6 de octubre de 2010

Creo en mi corazon





Creo en mi corazón, ramo de aromas 
que mi Señor como una fronda agita, 
perfumando de amor toda la vida 
y haciéndola bendita. 

Creo en mi corazón, el que no pide 
nada porque es capaz del sumo ensueño 
y abraza en el ensueño lo creado: 
¡inmenso dueño! 

Creo en mi corazón, que cuando canta 
hunde en el Dios profundo el franco herido, 
para subir de la piscina viva 
recién nacido 

Creo en mi corazón, el que tremola 
porque lo hizo el que turbó los mares, 
y en el que da la Vida orquestaciones 
como de pleamares. 

Creo en mi corazón, el que yo exprimo 
para teñir el lienzo de la vida 
de rojez o palor y que le ha hecho 
veste encendida. 

Creo en mi corazón, el que en la siembra 
por el surco sin fin fue acrecentando. 
Creo en mi corazón, siempre vertido, 
pero nunca vaciado. 

Creo en mi corazón, en que el gusano 
no ha de morder, pues mellará a la muerte; 
creo en mi corazón, el reclinado 
en el pecho de Dios terrible y fuerte. 
                                                                    Gabriela Mistral

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